dimanche 30 janvier 2011

Las consencuencias de mi terquedad


Me acuerdo muy bien del primer vestido que le hicé a A. Ayer lo saqué para tomarle fotos, ella se lo quizó poner pero, para su más grande decepción, se dió cuenta que ya no lo quedaba...

 Patron del libro Intemporel pour bébés de Astrid le Provost

Siempre quisé aprender a coser y hace más de un año, recibí como uno de los mejores regalos que me han hecho (de parte de mi M) una máquina de coser. 

Cuando llegó durante tres semanas no me atreví a tocarla, cabe mencionar que en mi vida había visto tan de cerca fiera de ese tipo, poco a poco me fuí acercando, y un día decidí que era hora de entrarle al toro por los cuernos. 

Este primer vestido, para mi tiene un valor muy especial, con todo y sus defectos, simboliza ese primer paso el cuál todos, en un momento dado de nuestra existencia, de alguna manera o de un otra, en una u otra situación, tenemos que llevar a cabo. 


  La tela es lino, en un principio era un lino rosa-morado-azul deslavado horrible (que por eso me costó una bicoca), y que gracias a una capsulita dylon  se transformó en un rosa fuschia que a mí en lo personal me gusta mucho.



Los botones estan recubiertos de liberty,(no va a ser la primera vez que vean el liberty por aquí). Este liberty se llama Sarah Secret Garden, y es uno de mis favoritos.



Obviamente, como se podrán imaginar, para terminar este vestido, y que estuviera presentable, tuve que coser y descoser unas diez veces.

Me gusta mucho esta frase de Mario Vargas Llosa: “Sin talento innato, hay que ser terco”. En mi caso y sin falsa modestia, lo digo sinceramente, esto es totalmente cierto.

Este verano tendré que volver a hacerlo. (en talla tres años) Para A es uno de sus favoritos, y para mí también :-)